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CIRCO LOS DINOSAURIOS–Gaspar Altamar

 

LA COLUMNA DE Gaspar Altamar Critico de Circo

La Columna de Gaspar Altamar Hoy Ruben y Anru Caballero, 2 Generaciones Para el Circo – Diario La leona

 

HOY EL CIRCO DE LOS DINOSAURIOS

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CIRCO LOS DINOSAURIOS
Dejad que llegue el circo, viene volando, que no se quebrante el viaje que ha cruzado todo el universo, en su seno te trae el regalo de tus sueños; conocer la vida de los dinosaurios.
En este sitio, frente a la hermosa laguna Esmeralda de la ciudad de los Ángeles emerge delgada en su cuatro cúpulas, como la silueta de una reina, blanca , coronada de azul, de finas y onduladas pincelada rojas, la carpa del circo Los Dinosaurios.
Unidas las manos de padres e hijos, esperando el ingreso, se abra la cortina del misterio, en sus rostros las preguntas nacen puras, cristalinas, ya nada va a impedir conocer a los dinosaurios.
Ingresan a la carpa del circo, desde el cielo una cascada de azul intenso extiende sus alas hasta su cintura, los trapecios inmóviles, la pista silenciosa, a lo lejos el rugido de un dinosaurio al estilo de las películas de la franquicia Jurassic Park y World.
La brisa sonora y luminosa anuncia el inicio del espectáculo.
Ahí viene el reino tradicional del circo, su elegante y colorida corte, la delicadeza del baile de las princesas, sus súbditos llegan presurosos a la pista y entre tanta belleza arriba el gigante dinosaurio, apacible, amigable, inofensivo, es como si viniese de un largo viaje hasta arribar a su paraíso.
Circo de Dinosaurios Chile... - Circo de Dinosaurios Chile
La agudeza de sus pasos se aproxima a la pista, Valeria Altmark, inicia uno de los actos más hermosos y delicados de arte circense, el hula hoop.
Ve como oscila levemente su cuerpo, cuál elegancia coronada no deja de circular, es un viaje, es un sueño a la eternidad, la delicada elegancia de sus lánguidas piernas, de su fina cintura y de sus extendidos brazos, no dejan de conducir este misterioso viaje de los aros.
Bellas son las imágenes, emergen como la vida, aros de luz oscilantes entre las sombras, crepúsculo viviente bajo la carpa, es una obra, una creación que sólo el arte circense te puede regalar.
Un acto de equilibrio, de fina motricidad, de delicada acrobacia, de concentración para conducir la esfera del movimiento, de innumerables aros que se extienden y recogen como el fuelle de un acordeón.
Se despide con la fragilidad de sus manos, con la expresión de agradecimiento a quienes aplauden su actuación. Entre el público estalla repentina la música, fresca y sonora como una cascada. Es el payasito – dicen los niños- su llegada repentina, cercana, la música borra las fronteras, se olvidan las diferencias, deleita el alma.
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He aquí uno de los herederos de los payasos sonoros de antaño, de vestimenta elegante, tenuemente pintado, no requiere del lenguaje para interactuar con el público, un gesto, una postura, un movimiento motivan la instantánea reacción.
Es el payaso Pituto, transforma el ambiente, el clima e intensifica la participación, no con gritos e incoherencias, sino con su capacidad para interpretar las reacciones del público.
Su agudeza queda demostrada cuando el dinosaurio se enternece ante su actuar y se configura como un reptil saurio prehistórico pacifico, afectuoso, se genera una hermosa relación, los niños felices se acercan, lo acarician.
Un acierto educativo, como afloran en los niños sublimes emociones hacia la familia de los dinosaurios, la dulzura susurrante, las palabras dulces que desbordan la alegría, el circo fue creado para que los niños sean felices.
Circo de Dinosaurios - Un espectáculo para toda la familia
La pista el altar de la infancia, transita la familia de los dinosaurios, el relato de un infante concentra la mirada de los niños, los anima e incentiva a conocer esta historia de otros tiempos, reconstruida por la ciencia.
Nos viene a deleitar con sus acrobacias en la máxima altura de la carpa, Victoria Torcivia, artista en el aro aéreo.
En lo alto un aro de luna, de plata, de luz, de blancura, en su interior una hermosa acróbata, una esfera humana flexible desprendida de su órbita, contrae y extiende su cuerpo, es la única princesa que habita en la línea de su planeta, se contorsiona libremente, alejada de la multitud humana, oscila su cuerpo con delicadeza, como un leve zumbido de alas, con su risa abrasadora, se entrega al espacio sujeta a la argolla, su cuerpo se ovilla con lentitud y se despliega con elegancia. Una artista que conjuga en su arte aeróbico el equilibrio con el contorsionismo puro, delicado.
Pituto, hace gala de sus habilidades comunicativas con la sola expresión de su cuerpo, se transforma en un atleta levantador de pesas, los niños lo observan con admiración, se inflaman sus músculos, irradia una fuerza volcánica desde sus piernas hasta sus brazos tan potente que al interponerse dos payasitos caen y descubren que las pesas son tan sólo una simulación, una inocente broma.
En Pituto se concentra la tradición y evolución de estos actores cómicos de cara pintada, su vestimenta colorida, elegante, su plácida vocación interpretativa, al estilo de los mejores músicos de la historia circense, su habilidad y claridad comunicativa no verbal cuando interactúa con el público, de contenido coherente, apacible, liviano, no grita, ni asusta, deslumbra, alegra, motiva e integra.
Ahí viene, Valeria Altmark, caminando hacia la pista, esbelta y aguerrida, como si viniese volando desde el bosque, en su mano asida un arco sostiene una flecha, que no se desprenda, que no se desconcentre, ni distraiga, que nos trae su mirada fija, sus lentos pasos, su tímida suavidad, como si guardase un secreto.
Circo de Dinosaurios - Un espectáculo para toda la familia
Se detiene en la órbita del tiempo, su cuerpo la esfera móvil, frágil, giratoria sostenida en sus pies, nada le resbala, su cintura de media luna, flexible, transita en todas sus articulaciones, hasta que tan sólo su antebrazo la sostiene, su mirada cabizbaja, concentrada en el visor imaginario , uno de sus pies tensiona la cuerda, el otro sostiene la parte central, el silencio invade el espacio, hasta que la flecha, cuán velocidad de un invisible meteorito desata el estruendo en el globo terráqueo.
Se desencadena el enigma para el público. Un acto destinado a la máxima expresión del contorsionismo, equilibrio y precisión, pocos artistas lo realizan por su complejidad.
Llega el gesto de gracia, viene a derretir las penas, a recrearte de emociones, se desprenda de tu alma la risa, la alegría, ese es el mensaje del payaso Salchichón, quiere tu presencia en la pista, que seas como él, tan sólo por unos minutos, te conectes con el público, vibres con sus emociones, te sometas a su escrutinio, a su risa, a sus pifias, a todo lo que se puede vivenciar en la pista del circo.
Será una experiencia irrepetible en tu vida que tan sólo el payaso Salchichón te puede regalar, original, no admite réplicas, su arte es único, prende al público de felicidad.
Velozmente ingresan a la pista las acróbatas en el monociclo, un acto circense que está retornando a las pistas de los circos en Chile.
Ruedas desencadenadas, liberadas, pequeñas, conducidas por dos princesas, juegan en la pista, retroceden, avanzan, se detienen temblorosas, tan sólo sus pies mantienen el equilibrio, no se dejen vencer como el otoño que deja caer sus hojas, veamos la vida en la armonía, en la mesura, aunque nos sostengamos en tan sólo una esfera.
Los rayos de los monociclos se multiplican, se duplica la altura, la velocidad, hay que superar los desafíos, transitar por el camino del crecimiento, por la ruta de tus sueños. Aún a mayor altura, por el sendero de lo extraordinario, los monociclos se balancean en su propio eje, se entregan a su viaje hasta que llegan a su meta.
Dos artistas en el bambú aéreo, Gisel y Jordi, nos llevan a esta imaginaria ilusión de realizar acrobacias en un espacio limitado, en una barra colgante, donde la mutua protección de no perderse en el vacío nos conduce al límite del riesgo y de la fantasía.
Ahí en las alturas alejados, como dos ramas suspendidas en el espacio, atados sus pies, sus manos a una barra de plata, se quieren reencontrar, ella sujeta a la mano del acróbata, alza sus brazos a la lejanía, alberga en su cuerpo la elegancia, la acrobacia fina y delicada, sostenida en una estela vertical o en el diminuto trapecio, él la protege, la quiere cerca de sí, alejada del vacío, reconoce sus manos solemnes, su alegría que no deja girar
La versatilidad de los artistas, capaces de realizar en el marco de las acrobacias, variados actos ya sea en la pista o en las alturas, denota formación en las entrañas mismas del hábitat circense y facilita la flexibilización en el montaje artístico.
Está es una de las características visibles y en realidad una de las virtudes del circo tradicional.
Y en este marco se genera a tan sólo unas funciones la integración de una troupe de trapecistas volantes.
Ahí están concentrados en su propio vuelo, la plataforma inmóvil los sostiene, el trapecio recibe el leve movimiento de la mano asida, espera se detenga y su pasajero inicie el viaje, a lo lejos el trapecio balancea con lentitud al cátcher.
Ese objeto esquelético, lánguido, deja su quietud cuando ese jinete de viento lo impulsa a las alturas, trapecio y trapecista, esa dualidad virtuosa, vamos a volar, a soñar. .
Y de a uno a uno abandonan la plataforma, sólo quieren transitar por esa ruta imaginaria de seda, conjugarse con el trapecio, alzar su cuerpo, exponer la elegancia de sus movimientos.
Todo está bien, no hay obstáculos e inseguridades para los tres trapecistas volantes, el cátcher silencioso, meditativo, atento, vigilante, invierte su cuerpo, tan sólo un gesto da el inicio al vuelo, los pies juntos se alzan hasta la cima del cielo, el retorno se extiende hasta la cúspide de la plataforma, ahora sí llegó el dilema de la precisión, del segundo exacto en que el doble salto mortal extendido haga gala de elegancia y se una a las manos del cátcher.
Acróbatas del espacio, voladores de fino estilo, de refinados movimientos, el público aclama tus máximas virtudes en las acrobacias aéreas
El Circo los Dinosaurios de Chile, con actos propios de la tradición circense e integración a la producción de animatronics con una argumentación educativa que agrada y fortalece el desarrollo emocional de los niños
Un circo moderno, con una hermosa carpa y cómoda infraestructura, con una producción atractiva, motivadora, con artistas de calidad.
Circo de dinosaurios” llega por primera vez a Antofagasta
Esa es mi reflexión cuando en la pista artistas y animatronics reciben los gloriosos aplausos de despedida.
Gaspar Altamar Gallegos
Crítico de Arte Circense. Corresponsal del Diario La Leona en Los Angeles Chile

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