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CUÁDRUPLE DE JESÚS GONZÁLEZ EN ESPAÑA–La Columna de Gaspar Altamar G.
EL CUÁDRUPLE DE JESÚS GONZÁLEZ EN EL CIRCO MUNDIAL DE ESPAÑA
Gaspar Altamar Gallegos
Crítico de Arte Circense.
El Circo Mundial está silencioso, apenas unas luces pestañean a lo lejos, la claridad sombría invade la cima de la carpa, desde lo alto los trapecista observan el vacío de las butacas, el borde de la red que extiende sus alas protectoras, nadie los anima, sólo su ímpetu, la intimidad de sus sueños.
Amaro transita con lentitud en su trapecio, el sueño le ha sido esquivo, su mente poblada de incertidumbre, cuestiona sus manos que no han atrapado a Jesús, no puede resignarse a que las cuatro vueltas se le escapen y la red sea la protagonista del desenlace.
Si sólo hubiese una voz que los anuncie, unas coronas luminosas danzando por la carpa, unos sonidos solemnes que animen el vuelo o sólo la dulzura de los aplausos.
Sólo están los trapecistas, Amaro Aguirre, catcher y los volantes Gastón Maluenda, Pedro González Rozas y Jesús González Sandoval y dos testigos; el iluminador y Joaquín Salazar encargado de grabar los vuelos.
Lejos de su patria, de sus circos que los vieron nacer y crecer en la pista, en el espacio, lejos de sus familias, han creado y consolidado la mejor troupe de trapecistas jóvenes chilenos; The Fling González.
Mientras los artistas hacen uso de su legítimo día de descanso los chilenos ensayan, van a intentar nuevamente el cuádruple salto mortal.
Ahí están en la plataforma, Gastón y Pedro animan a Jesús, su primo, ya han fracasado tres intentos. Amaro sigue el rutinario balanceo, sólo rememora los recientes vuelos con Jesús, su mente recorre la distancia, el segundo exacto de la recepción, la salida de sus manos, se imagina atrapando a Jesús, abre los ojos, sólo se ve a sí mismo y a su trapecista volante.
Jesús en el cuarto escalón de la plataforma, se dice a sí mismo: «te fui a ver a Chile, aún estas convaleciente, quiero que seas feliz padre mío, quiero regalarte este trofeo; el cuádruple salto mortal»
El trapecio llega a su mano izquierda, se sostiene con firmeza en la base de la plataforma, cuatro leves movimientos a la barra, flexiona sus rodillas, se quiebra el silencio, a viva voz anuncian la partida, al unísono Jesús reacciona, un leve impulso, se entrega al vacío, sus piernas juntas, extendidas, unidas en sus pies se flexionan, conteniendo energía para seguir el viaje, ahí va el super González hasta la máxima altura, hay algo misterioso que lo retrotrae con flexibilidad, sobrepasa la altura de la estructura de la plataforma, desde ahí y en posición fetal concentra energía, se despliega a gran velocidad con mucha elegancia, se desprende de su trapecio, da un giro, un segundo a lo más alto, y un tercero y cuarto hacia el vacío a una velocidad imperceptible, en tan solo una fracción de segundo su catcher lo recibe en sus manos, siguen la ruta imaginaria creada en sus memorias, controlando la incontenible emoción, su catcher lo devuelve a su trapecio con naturalidad y arriba con elegancia, elasticidad a su pista de aterrizaje sostenida en las alturas.
Jesús González Sandoval ha logrado la máxima distinción, no es necesaria una corona, una medalla o una banda ilustrativa, el acto en sí lo ubica entre los mejores trapecista de la historia, el acto en sí lo conduce a la emoción más maravillosa que puede vivir un artista circense.
El super González, así lo apodaron en su familia por su versatilidad, su adaptabilidad, su talento y genialidad.
Ahí están en la plataforma celebrando el triunfo de Jesús, Amaro Aguirre, Gastón y Pedro abrazan a su primo, el primero en bajar es el catcher, lo sigue Jesús, es tan inmensa su emoción que se tiende en la red una y otra vez, lo siguen Pedro y Gastón, si bien las imágenes son visibles, la luz se difumina como si viniese de la pantalla de una lámpara.
Ya en la pista, Gastón Maluenda, el segundo trapecista chileno en lograr el cuádruple salto mortal dice: » martes 5 de diciembre Jesús González con Amaro Aguirre han hecho historia por primera vez en Madrid en lograr el cuádruple».
Tan sólo dos días han transcurrido, aún flamea nuestra bandera en el corazón de estos chilenos, ahora las horas son distintas, cuánto tiempo sumergido en la alegría, no hay espacio al olvido, tan sólo el recuerdo transita en la vida de estos insignes trapecistas.
Las butacas se desbordan de público, así son las funciones del Circo Mundial, la pista descansa y desde lo alto los trapecistas de ajustada vestimenta blanca, se preparan para realizar el cuádruple.
El maestro de pista, un tanto opaco, sin la lúcida decoración de perlas y de diseño dorado del señor Corales de los Circos en Chile, anuncia el cuádruple salto mortal de Jesús.
Ahora sí, el cielo cubierto de estrellas coloridas, miles de ojos observando, Amaro da impulso a su trapecio, concentrado, relajado, Jesús sube al cuarto escalón de la plataforma, levanta su brazo derecho saludando al público, se aplica polvo antideslizante en sus manos, se acomoda sus calleras, toma con firmeza ambas barras que sostienen la base de la plataforma, recibe su trapecio con su mano izquierda, levemente inclinado en posición de salida, flexiona sus rodillas, un leve impulso, agrega su mano derecha a la barra del trapecio e inicia su vuelo desde lo alto, desciende hasta el límite de la huella trazada en su mente, pies extendidos, estilizados, su cintura se flexiona, sus piernas concentran energía, sigue veloz en la búsqueda de la máxima altura, conduce el retorno, le da movilidad al trapecio, ahora de espalda a su plataforma, sobrepasándola, sus piernas que se doblegan a la altura de su cintura, ahora sí directo a reencontrarse con su catcher, ahí va el super González desenfrenado, seguro, se desprende de su trapecio, dos giros hacia el alto vuelo, para descender con dos sucesivos e imperceptible giros, es un remolino incontrolable, su catcher atento en el segundo exacto lo atrae hacia sus manos, lo conduce hacia la cabecera de la red, lo entrega a su trapecio, el público ha desatado su locura, primera vez que en el espacio de España un trapecista consigue las cuatro vueltas en el trapecio y es chileno, qué inmensa alegría, sus corazones flamean, se desahogan de maravillosas emociones, se abrazan, siguen las ovaciones, el reconocimiento de los españoles.
The Flyng González, cuatro gloriosos trapecistas chilenos, herederos y representantes de los sublimes valores del circo tradicional chileno, continuadores del arte circense que tejieron sus abuelos, sus padres, sus tíos.
La Primera Truppe de la Familia Gonzáles Palma;
Elías, Javi, José Remolino y Omar Gonzáles Imagen en Venezuela Circo Razzore Aprop. en 1977
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Jesús, Pedro y Gastón son primos, el primero es hijo de Jaby González Palma y la señora Yolanda Sandoval, el segundo es hijo de Elías González Palma y de la señora Jenifer Rozas, son nietos de don Liborio González y de la señora María Palma, artistas excepcionales, cuyo legado inmaterial han sabido cultivar sus herederos. Sus tíos, Jaby, Elías, Omar y José en su época fueron los artistas más versátiles del circo chileno, lograron realizar en sus carreras doce diversos actos y conformaron la primera troupe de trapecistas de los hermanos González. Alexis, el tío menor está plenamente vigente; acróbata, trapecista volante, pendulista y motociclista. El tercer trapecista, Gastón, es hijo de don Gastón Maluenda González, trapecista volante, catcher, pendulista y motociclista y de la señora María Maluenda, es nieto de Joaquín Gastón Maluenda Quezada, el Tachuela grande y de la señora Nubia González Palma, es bisnieto de don Liborio González y de la señora María Palma. Gastón se formó, como acróbata y trapecista en el Circo Los Tachuelas.
Amaro Aguirre, el cátcher de The Flyng González es hijo de Daniela Aguirre, artista reconocida en el ciclismo acrobático, integrante de una de las familias más representativas del circo chileno.
Los tres cuádruples que han logrado los trapecistas chilenos en los últimos ocho años, son primos. El primero fue Jonathan González Rozas el año 2015 en el Circo du Soleil, en Los Estados Unidos. El segundo Gastón Maluenda el año 2021 en el Circus Caballero en Los Estados Unidos y el tercero es de la autoría de Jesús González Sandoval el año 2023 en el Circo Mundial en España.
Chile se corona de plata, ostenta con esta hazaña, el segundo lugar en el mundo con tres trapecistas que han logrado el cuádruple salto mortal, el primer lugar lo tiene México.
Si Jonathan González, aún plenamente vigente, se integrara a The Fling González, podríamos igualar a los polémicos de la familia Caballero; tres cuádruples en un mismo acto ejecutados por trapecistas volantes con vínculo consanguíneo.
Y vamos por más, si Pedro González logra realizar el cuádruple, no está lejos de lograrlo, superamos a los polémicos y aún más si David González lo consigue, tendríamos una troupe con cinco cuádruples o de seis si Álvaro Maluenda logra las cuatro vueltas.
Reciban ustedes la hazaña de estos cuatro jóvenes exploradores de espacios lejanos, se fueron como los soldados al combate, a luchar siempre, aunque la carpa esté serena, dormida, silenciosa, o la carpa esté viviente, luminosa, radiante, como sea el tercer cuádruple floreció en otros aires, con raíces en esta, nuestra tierra chilena.